Cuando nos llegan pacientes a nuestra clínica para corregir sus problemas de miopía, hipermetropía o astigmatismo, primero realizamos un análisis exhaustivo, para orientarle de cuál es la mejor opción para corregir su problema refractivo.
Existen dos tratamientos para la corrección de la visión, la cirugía refractiva láser y la corrección mediante lentes intraoculares fáquicas.
¿Qué son las lentes intraoculares fáquicas?
Son lentes fáquicas, es decir, se implantan dentro del ojo del paciente, pero sin modificar otras estructuras del ojo, ni eliminar el cristalino.
Optamos por una cirugía con estas lentes intraoculares en aquellos casos en los que el paciente presenta una refracción bastante alta y no es posible rectificarlo mediante cirugía láser de ojos, o en casos en los que se requiere preservar la córnea por ser esta muy delgada o irregular. Asimismo, se usan en aquellos pacientes que tienen síndrome de ojo seco severo, y en general en aquellos casos donde no aconsejamos el uso del láser.
Tipos de lentes intraoculares
Aunque existen diversos tipos de lentes intraoculares, en Sevilla Láser Clinic recomendamos la cirugía con lentes ICL. Son lentes de cámara posterior lo que implica que van colocados detrás de iris no siendo visibles desde el exterior.
Estas lentes aportan una calidad de visión al paciente muy elevada, además por su composición se adaptan a los espacios del ojo de manera más fisiológica. Otra de las ventajas que ofrecen es el ser una técnica reversible.
Las características que presentan estas lentes son
- Su material de composición es biocompatible, con una base de colágeno, hace que sea una lente suave y muy flexible.
- Su fabricación es personalizada, para garantizar la máxima calidad óptica en cada paciente
- Su recuperación visual es bastante rápida
- Es un implante muy poco invasivo
¿Cómo es la cirugía con lentes oculares?
Todo el procedimiento es bastante sencillo y no lleva más de 15 minutos, y el paciente, en uno o dos días, ya está completamente recuperado.
Primero insertamos la lente, de manera enrollada, dentro del ojo a través de una ínfima apertura.
Una vez dentro, la desenrollamos de manera gradual y colocamos sus bordes por detrás del iris.
Esta cirugía es totalmente indolora y bastante segura.